Saturday, March 3, 2007

08- EL SURFISTA VIRTUAL DE "SOL MOJADO".

De como el surf, la noche perfumada, el mar batiente y la realidad virtual dan pie a una moderna leyenda donde los fantasmas del futuro cabalgan las largas olas de "Sol Mojado" sin escapar, no obstante, su doliente destino...

-----------------------------------

Nadie sabe a ciencia cierta cuando apareció por vez primera el espectral surfista de "Sol Mojado". Algunos se remontan muy atrás, amarrándose a una antigua leyenda transmitida de boca en boca, de generación en generación, desde los dias aciagos de la esclavitud en América...

Para los que no la conozcan, "Sol Mojado" es la playa mas recóndita de esa gran cimitarra de arena reluciente que circunda la bahía de Guanabara. "Sol Mojado" es de una belleza excepcional. He conocido muchas playas a lo ancho y largo de la geografia del planeta: playas doradas, cobrizas, rosáceas, negras o deslumbrantemente blancas; bordando costas placenteras coronadas de orquídeas o temblando ante el rugido poderoso del mar océano al pie de negros farallones que amenazaban desplomarse en ellas. Ninguna tan cálidamente hermosa,tan embrujadora en tropical presencia como "Sol Mojado". "Sol Mojado" la bella, reina de la luminosidad, de tibias y transparentes aguas que besan reverentes la crujiente y pulcra arena de la costa con rendida adoración...

La primera vez que oi hablar del fantasma de "Sol Mojado" fue por boca de unos pescadores durante el ocio de un largo fin de semana. Llegaron cuando terminaba de cenar en el rústico pero confortable albergue que había escogido para apartarme de las rutas turísticas mas transitadas. En un comienzo, abordaron el tema con renuencia, con el temor de aparecer superticiosos a los ojos del visitante citadino. Pero una vez roto el hielo se explayaron a satisfacción. Decían que, en varias ocasiones, habían visto en el mar, a la distancia, un personaje misterioso que se deslizaba velozmente sobre las aguas. Parecía tratarse de un forastero, ajeno a la región. Pero, las veces que el más osado del grupo intentó acercársele, aquél subitamente se desvaneció para no regresar.

Las opiniones coincidían acerca de su aparición en noches sin luna, acompañado por una curiosa condición de fosforecente transparencia al ser iluminado por el haz de la linterna. El patrón de comportamiento era, sin lugar a dudas, repetitivo: el sitio aproximado de incidencia; el largo desplazamiento hacia la remota playa. Sin estelas, sin sonidos. La súbita e impresionante desaparición...

Los ingredientes de una novedosa historia en ciernes cautivaron de inmediato mi imaginación. Movido por una irresistible curiosidad, decidí constatar personalmente los hechos acaecidos en "Sol Mojado". Me atraía la presencia de un fenómeno inexplicado el cual, por lo demás, venia a turbar la tranquilidad y armonía de un ambiente que me era tan querido. Asi, aprovechando unas bien merecidas (¡y largo tiempo añoradas!) vacaciones, decidí trasladarme a " Sol Mojado" a la caza de lo que prometía ser una nueva e interesante experiencia.

Desde el punto de vista de su objetivo, los primeros dias que sucedieron a mi instalación al borde de la "praia" fueron indudablemente decepcionantes. La paciente espera no aportó frutos. Comencé a acostumbrarme a la idea de disfrutar mis vacaciones a plenitud, olvidándome un tanto del escurridizo fantasma de "Sol Mojado".

Finalmente, ocurrió...

La noche había llegado casi inadvertidamente. Era una noche oscura, sin rastros de deslumbrante luna o centelleantes estrellas. Una tibia y perfumada brisa invadía el ambito de la bahía. Caminando lentamente por el borde de la playa, tabla de surf bajo mi brazo, oteaba mecánicamente el horizonte indiscernible, sin saber realmente que esperar...

De súbito la vi.. Una pequeña lentejuela fosforescente, casi imperceptible, enrumbada hacia la distante playa, deslizándose con pasmosa y sinuosa habilidad sobre las crines de las olas.

Movido por un reflejo instantáneo me adentré en las tibias aguas sin hesitar y, a horcajadas sobre mi tabla, remé, utilizando mis brazos, en dirección de la distante silueta.

Lentamente, gané la distancia que me separaba del desconocido. Este, a su vez, había reducido su velocidad como si gustosamente aceptara el fortuito encuentro. Finalmente lo abordé, aparentado una tranquilidad que no sentía. Su forma de responder a mis preguntas fue sorprendente.

A traves de algun mecanismo de comunicación indescriptible, presentí –más que comprendí- el desarrollo, auge y caída de un personaje excepcional.Y también su condena por osar hollar lo que no debe conocerse. Luego, su subsecuente huída a un universo virtual, apoyado en recursos tecnológicos desconocidos y su incomunicación definitiva con el mundo de los vivos. Finalmente, su desesperación por evadir el implacable ostracismo y los intentos por escapar el cerco impuesto, que lo llevaron a concebir la hipótesis de anclarse nuevamente a la realidad al tocar tierra. Y sus infinitos fracasos, sólo acicate para volver a intentarlo.

Aqui se interrumpió el mensaje. El extraño, erguido sobre ignota base de sustentación, señaló la distante playa y, sin que mediara palabra partimos. los dos raudos como flechas sobre los briosos lomos de las negras olas.

¿Has hecho "surf" alguna vez en una noche oscura, en una playa solitaria? Conlleva una extraña sensación. Una muy especial sensación... Uno cabalga la nada sin presentir a donde va, tan sólo guiado por el tibio beso de la brisa tropical y los esporádicos flecos de espuma que orlan las combas tumultuosas de las olas junto a la tabla. ¡Y es comunión total con la invisible pero omnipresente naturaleza!

Es posible que hoy, ya anciano, algunos de los hechos aquí narrados adolezcan de imprecisiones en mis reminicencias. Han pasado muchos años desde aquel encuentro fugaz...

Pero lo que no podré olvidar ni confundir jamás es el horror y la infinita decepción reflejada en las crispadas facciones, en los abiertos ojos del lívido surfista virtual, a medida que se acercaba a la arena y su espectral figura se desvanecía. En el último instante, se volvió hacia mí y pude ver en su convulsionado rostro una patética expresión de despedida.

Era la mirada de un alma condenada, prisionera perenne en la eternidad del tiempo, más allá del perdón de cielo o tierra...

No comments: