"Aquel invierno, las rosas asomaron alegremente el fuego de sus petalos espléndidos por entre los gélidos copos de la nieve...". Asi se inicia la historia del muy publicitado experimento fílmico que mantuvo a la humanidad al filo de sus televisores y que culmina en quijotescas reflexiones..
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Aquel invierno, las rosas asomaron alegremente el fuego de sus petalos espléndidos por entre los gélidos copos de la nieve. En el manto inmaculado que se extendía ilimitadamente en todas direcciones, aparecían desparramadas como joyas relucientes del tesoro de un celoso pero descuidado gigante. Los niños saludaban su aparición con alegres risas y exclamaciones y su presencia era motivo de grandes especulaciones y de sabrosos comentarios. Poca gente sospechaba la invisible mano del biotecnólogo que pacientemente las prohijó...
I
La princesa dormía. A través del cristal de su cápsula criogénica, el mínimo movimiento de su respiración resultaba imperceptible. Su dulce rostro de niña mostraba apenas un levísimo rubor y sus largas y sedosas pestañas parecían a punto de anunciar al mundo su repentina resurrección. Pero todo era inútil. Seiscientos años habían transcurrido desde aquel fallido y abominable atentado. Generaciones habían cantado, con infinita añoranza, su trágica leyenda. Los mejores especialistas del reino, apoyados en las últimas tecnologías no habían podido alterar en lo mas mínimo su letargo sin fin, romper el hechizo de su perenne hibernación.
La princesa soñaba. Pero su arquetipo de príncipe, aquél que portaba altas y pardas botas, jubón de seda y espada al cinto, y que ascendía gallardo las escalinatas de su lecho para doblar la rodilla ante su radiante belleza y despertarla con un tierno beso de amor había desaparecido con ella, seiscientos años atras. Ahora, una nueva versión,ecológica y conservacionista, de aquel pretendiente, estaba en camino. Además no era realmente un nuevo príncipe azul, puesto que las gamas de colores en el video digital rebasaban fácilmente el millón de opciones y las etiquetas originales para identificar los colores primarios habían perdido vigencia.
Por otra parte, había esta vez un adversario. Un implacable competidor que también ambicionaba arrancar a la bella princesa del helado embrujo en que se hallaba sumida. Señor del audio digital, cabalgando el vértigo de la velocidad, estaba también en camino...
Conduciendo por sendas tortuosas y guiados por el misterioso azar se aproximaban ambos pretendientes desde remotas comarcas en forma progresiva e inexorable.
Y llegó el gran dia. Como todos los años en el aniversario de su agresión la bella princesa de la celda de vidrio fue expuesta al público. Y las lágrimas anegaban los ojos de sus súbditos al verla tan joven, tan bella y distante en el helado abrazo de la eternidad.
Y hete aqui que aconteció que entre las lentas multitudes que desfilaban ante su princesa se hizo presente un joven insolente, quien con firme paso se acercó a la durmiente e intento robar osadamente un beso de los castos labios. Sólo el rugido de la multitud, listo a despedazarlo, pudo disuadirlo de su obsesión...
Entonces hizo su aparición el también joven pero reservado adalid de la naturaleza, quien, con infinita dulzura, acercó su rostro al de la durmiente, la contempló inmóvil durante lo que pareció una eternidad y luego lentamente, oh tan lentamente, extendió sus ágiles y diestros dedos y comenzó a extraer de la hermosa boca el trozo de envenenada manzana....
III
Los ingresos provenientes de la genial campaña publicitaria fueron sensacionales. Más allá de la más optimista expectativa. Mil cines simultaneamente en todo el planeta abrieron puertas para dar acceso a delirantes multitudes capturadas por la magia del exitoso matrimonio entre Realidad Virtual y Biotecnología. Por aquella simbiosis que permitió llevar a todas las regiones del mundo, en forma simultánea, una muestra de lo que habría de ser la reposición actualizada de uno de los más grandes clásicos infantiles de la literatura y el cine...
Terminó la 'avant premiere'. Se cumplió plenamente su objetivo promocional. Han desaparecido ya bella princesa, sensible ecologista y trepidante adversario, debidamente remunerados. Y las rosas rojas languidecen entre las nieves del invierno y uno a uno sus petalos carmesí van entregando su preciosa existencia. Ahh, pero el biotecnólogo que las originó ha recibido el Carso de oro en la Meca del Cine, por efectos especiales (¡con ovación y vitoreante audiencia en pie!).
Epílogo
En esta época de finales de múltiple elección, la tecnología del cine interactivo llevada a un plano estadístico arrojó los siguientes resultados de auto-guiones: a) Tímido ecologista salva princesa pero ella prefiere osado aventurero. b) Inevitable muerte de la bella por asfixia prolongada, con fastuosos funerales. c) Seis meses de cepo y azotes para los adversarios por alterar el orden publico. d) Subasta de los enseres de la princesa e incineración de la misma con dispersión de cenizas en los bosques aledaños (¡porque los gastos de su manutención, de persistir, habrían llevado el reino a la ruina...!).
No hay Don Quijotes ya. No puede haberlos. No volverán...Los molinos de viento de antaño son ahora sólidas e imperturbables torres eólicas, demasiado altas para embestirlas, demasiado ascéticas para impresionarlas. Rocinante mutó en troquelada moto y sólo Sancho Panza sobrevive aun, de puro terco...Pero el pobre está irreconocible: ¡se ha vuelto macrobiótico!....
Saturday, March 3, 2007
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